Claridad.
Pedirte claridad a vos es esperar que lluevan monedas; que tus decisiones sean
correctas con todas las consecuencias a cuestas y todo lo caótico que resulta
de tus ideas. Pedirle precisión a tus palabras es morir en la calle un jueves
de agosto, un estacionamiento vacío, tu maquillaje en mi almohada por las
mañanas. Tal vez exagero, pero no te entiendo… para nada.
Escapar
no es una opción, pero las opciones comprenden azar y eso, básicamente, te
define, te compone, te desnuda frente a los espejos. Se entromete en tus
asuntos y yo no puedo más que mirar. Caer es una opción, es la salida de
emergencia y el martillo tras un vidrio que se hizo para romperse. Soy tuyo
otra vez… cada vez.
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