jueves, 31 de enero de 2013

Si no hay amor que no haya nada.


-¿Te puedo preguntar algo?-
-Lo estás haciendo.-
-Bueno, otra cosa.-
-Dale.-
-¿No te jode que él hable de tus tetas como si le pertenecieran?-
-No, el las pagó.-
-Pero yo acabo de hacer uso abuso de ellas…-
-Claro, estamos peleados.-
-¿Qué pasó?-
-Le encontré mensajes bastante sucios de Ruth, una negra de esas que se la dan de rubias, es una de su compañeras de la uni ¿te suena?-
-¡Ah! Me suena, me suena…- dijo, hizo pausa y volvió a preguntar -¿Y por qué yo? Si apenas lo conozco, me lo crucé y charlamos re bien un par de veces en lo de Dany, nada más.-
-Te odia, me dijo que eras un gil.-
-¿Se siente bien?-
-Es una bomba de tiempo, se va a sentir bien cuando se entere.-
-Después de lo que me dijiste no me molestaría que se entere, me caía bien.-

El novio de ella viajaba con Ruth por el interior de la provincia. Ellos dos, disfrutaban excelsos y libres de toda culpa de las comodidades e incomodidades (el pequeño espacio de la cocina, el baño 2x2 y el escaso amueblado del living/comedor y... ¿por qué no? también el suelo) del departamento del infiel.
Se bebían sus cervezas y comían de sus comidas. En lo que quedaba de tiempo se la pasaban cogiendo… también corrían y jugueteaban como niños por todo el sitio desnudos, hasta que las ganas, cual búmeran, volvían a esclavizarlos y para su suerte, no se perdía tiempo alguno al no tener que desvestirse nuevamente. 

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