-¿Te
puedo preguntar algo?-
-Lo
estás haciendo.-
-Bueno,
otra cosa.-
-Dale.-
-¿No
te jode que él hable de tus tetas como si le pertenecieran?-
-No,
el las pagó.-
-Pero
yo acabo de hacer uso abuso de ellas…-
-Claro,
estamos peleados.-
-¿Qué
pasó?-
-Le
encontré mensajes bastante sucios de Ruth, una negra de esas que se la dan de
rubias, es una de su compañeras de la uni ¿te suena?-
-¡Ah!
Me suena, me suena…- dijo, hizo pausa y volvió a preguntar -¿Y
por qué yo? Si apenas lo conozco, me lo crucé y charlamos re bien un par de
veces en lo de Dany, nada más.-
-Te
odia, me dijo que eras un gil.-
-¿Se
siente bien?-
-Es
una bomba de tiempo, se va a sentir bien cuando se entere.-
-Después
de lo que me dijiste no me molestaría que se entere, me caía bien.-
El
novio de ella viajaba con Ruth por el interior de la provincia. Ellos dos,
disfrutaban excelsos y libres de toda culpa de las comodidades e incomodidades
(el pequeño espacio de la cocina, el baño 2x2 y el escaso amueblado del
living/comedor y... ¿por qué no? también el suelo) del departamento del infiel.
Se
bebían sus cervezas y comían de sus comidas. En lo que quedaba de tiempo se la pasaban cogiendo… también corrían y jugueteaban como niños por todo el sitio desnudos, hasta que las ganas, cual búmeran,
volvían a esclavizarlos y para su suerte, no se perdía tiempo alguno al no
tener que desvestirse nuevamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario