No
me hablés de paz interna si no conocés el hambre
no
me hablés de conciencia si no conocés el hambre.
Poco
importa el amor, el orden, el odio o la paz
si
el estómago vacío cruje y se retuerce
si
la nada dentro de el se hace el todo en la cabeza
si
se come nuestros nervio y neuronas
y
todo poderoso, nos vuelve poco más que muertos.
¿Cuántos
comerían del sueldo de un funcionario?
¿De
las divisas de un empresario?
Un
2% tiene el todo entre todos
e invitar a almorzar al mundo
costaría menos de la mitad de eso, mucho menos
así
que no me hablés de conciencia si no conocés el hambre.
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