miércoles, 5 de diciembre de 2012

Bien muerto




Mentime desnuda en la cama
al oído y cálidamente
decime que te vas y no volvés
pero no me digas que no queda más
en esa bolsa.
Nos mentimos tanto y tantas veces
el uno al otro
que ya no podemos ni vernos
sin que me reproches mil boludeces
o sin que te las retruque.
Los vicios nos defineron
nos enterraron y nos separaron
tu vicio era mentir y no creer
el mío vivir, aún sin ganas de verte.
Buena y consecuente
como salida de un tango
repugnante cuando el odio te tomaba
como gotas de vino barato en una herida
o un animal que perdió la vida
en la ruta más oscura y desolada
hace más de una semana.

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