Lo
barato no suele tener el mejor sabor
pero
vos eras la excepción
a
esa y a tantas otras reglas.
Una
simple rockerita de barrio
la
muerte para cualquier idealista burdo
y
enamoradizo, como yo en mi adolescencia.
¿Dónde
quedó el rock and roll, nena?
¿Dónde
quedaron el sexo y las drogas?
Puede
que en tu nuevo escote
o
en tu departamento de tres mil pesos al mes,
entre
la ropa de alta costura
la
cual no escapa a las leyes de la gravedad
cuando
en el cuarto el aire quema y se torna denso.
Eras
la sombra de la depresión
y
ahora andás moviendo el ojete entre oficinas
de
tipos de traje y portafolio
nena,
vos eras el odio
y
hoy no sos más
que
una secretaria sonriente y putona.
Escribo
esto desde la comodidad de tu cama
y
me termino de convencer
Córdoba
es el placard más grande para todos tus muertos
no
es un escape, sino una alfombra
bajo
la cual descansan toneladas de cosas que nadie sabe de vos
suciedad
que pudo al fin abandonar tu conciencia
como
si a los pecados los perdonara la gente
y
no uno mismo, que mal, muy mal.
Aun
así, es bueno ver que bajo tanta capa gris
seguís
siendo un buen polvo
pero
este glamour no es para mi
aparte,
no es que desconfíe, pero con vos…
la
esperanza es lo primero que se pierde.
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